El día que Pep Guardiola anunció su adiós al Barcelona, Sandro Rosell pensó que sería una buena idea trasladar el protagonismo al hombre que, en los cuatro años anteriores, había estado a la sombra del actual entrenador del Manchester City: Tito Vilanova.
El entonces presidente del Barça era consciente de que todo el mundo le culparía -como, de hecho, acabó ocurriendo- de no haber retenido al entrenador más importante de la historia del club catalán junto a Johan Cruyff.
Y precisamente por eso decidió sacarse un conejo de la chistera, desplazando a todo el mundo, incluso al propio Guardiola, que nunca hubiera imaginado que Rosell pudiera llegar tan lejos.
El mejor segundo entrenador del mundo
Antes de aceptar ser el segundo de Pep (pronto convertido en el segundo entrenador más famoso del planeta), Tito era uno de los técnicos más apreciados de la cantera blaugrana por su excelente trabajo y su gran relación con un tal Lionel Messi, un chaval llegado de Rosario con fama de ser el nuevo Maradona.
El resto es historia: brillante la de la Pulga y, desgraciadamente, dramática la de Vilanova, que murió de cáncer tras cumplir su sueño de ser nombrado primer entrenador de su equipo, el Barcelona, ganando incluso una Liga con 100 puntos.
Un ascenso al que, según él mismo reconoce, también aspira el que hoy es considerado el segundo entrenador más famoso del planeta: Davide Ancelotti.
"El reto no me asusta, pero tenemos contrato hasta 2026 y mi objetivo es ser algún día el primer entrenador aquí". Así respondió el hijo de Carletto cuando le preguntaron si consideraría las ofertas que ha recibido de clubes de media Europa que le querrían en su banquillo.
El último ha sido el Stade de Reims, que no se dio por vencido tras el primer 'no' recibido y parece decidido a continuar con su ofensiva hasta conseguir el ansiado 'sí': "El día que empiece a entrenar por su cuenta, creo que le vendrá bien", aseguró el técnico del Real Madrid.
Los penaltis del Manchester y Joselu
Ancelotti padre no es el único consciente de la importancia de su hijo, que se ganó el respeto mundial en los minutos previos a la tanda de penaltis gracias a la cual, poco después, el Real eliminaría al Manchester City en cuartos de final de la Liga de Campeones.
De hecho, no fue Carletto -que prefirió vivirlo tranquilamente en la banda- quien dio los nombres de los lanzadores y motivó a los blancos: "Cuando quedaban cinco minutos empecé a pensar en los posibles lanzadores y cuando el partido estaba acabando los escribí en un papel y los hablé con mi padre".
Y siempre estuvo la mano de Ancelotti hijo en la sustitución que permitió a la Casa Blanca tumbar al Bayern de Múnich en el Santiago Bernabéu en los minutos finales de la vuelta de la semifinal. "Tomamos la decisión de meter a Joselu juntos", reconoció entre risas Carletto.
El 'no' de Florentino
En definitiva, Davide sí está preparado para dar el gran salto, pero Florentino Pérez no parece dispuesto a dejarle marchar antes de la expiración natural de su contrato, porque es consciente -gracias también, y sobre todo, a los continuos halagos públicos que le dirigen los jugadores del club merengue- de lo fundamental que es su labor: "¿Qué importancia tiene el entrenador? Pues tanto él como su cuerpo técnico han sido decisivos en nuestros éxitos", admitió Dani Carvajal.
En una entrevista concedida a France Football, el segundo entrenador del Real Madrid describió así su trabajo: "Papá lleva 30 años entrenando y ha sabido poner gente joven en la plantilla. La confianza es máxima, también hacia Francesco Mauri (el otro ayudante). Nuestra tarea es sencilla: retarle. Y hacerle dudar. Eso es lo que necesita, aunque para mí es más fácil decir lo mío porque soy su hijo. Él, sin embargo, nunca se enfada en público. A veces se va a fumar y luego vuelve. Pero siempre es él quien decide".
Y que sus cualidades están fuera de toda duda, como también confirmó Javi Martínez, que trabajó con ellos en el Bayern de Múnich entre 2016 y 2017. "Davide es muy bueno y le da a Carlo lo que no sabe del fútbol moderno".
Una bonita revancha para alguien que, cuando empezó su carrera, era visto como un 'niño de papá' más. Y, en cambio, si tiene que aplazar su vuelo en solitario, será porque tendrá que permanecer más cerca de su padre de lo que ni siquiera él hubiera imaginado. Pero antes de preocuparse por eso, hay una final de la Liga de Campeones que ganar el próximo sábado en Wembley contra el Borussia Dortmund.