Entró como alevín y ha pasado toda la vida vestido de blanco. Un ejemplo para cualquier canterano que se precie, por calidad deportiva, por humildad y por madridismo.
Por eso Nacho estaba flotando en Wembley poco antes de levantar una Orejona "lo más alto que pueda".
Ha sido, sin duda, la más especial de las seis que ya tiene en su palmarés. "Sí, por ser capitán, por mi dedicación toda la vida a este club", decía embargado por la emoción.
No quiso anunciar su marcha o su continuidad porque era momento de celebración. "Tremendo. Me pasa por la mente toda una vida de dedicación a este club. Cuesta mucho conseguir estas cosas y hoy es de los días más felices de mi vida, sin duda. Hemos sufrido en un partido muy complicado, ellos han hecho un gran partido, pero es el ADN del Madrid, una Copa de Europa más para seguir haciendo historia".